Audaz y funcional, complejo y urbanístico. Inspirado en las obras del arquitecto suizo Le Corbusier, el brutalismo es un estilo arquitectónico que tuvo su auge entre 1950 y 1970. Su nombre encuentra el origen en el término francés béton brut, que significa hormigón crudo – material protagonista en las construcciones brutalistas.
Caracterizado por formas geométricas angulares y repetitivas, el brutalismo toma inspiración en varios materiales estructurales: ladrillo, cristal, acero o piedra áspera. La idea es que se aprecien desde el exterior, o dicho de otra forma – en bruto.
El brutalismo ha cambiado el rostro de muchas ciudades, reflejándose en museos, campus universitarios o edificios financieros. Entre ellos destacan la Biblioteca Nacional de Buenos Aires, el Banco de Londres, la Universidad Autónoma de Madrid o el Teatro Teresa Careño de Caracas, uno de los complejos culturales más importantes de América Latina. Reinventando la esencia de este estilo, el reciente Premio Internacional de Arquitectura del Museo Athenaeum de Arquitectura y Diseño de Chicago nos lleva a poner la lupa sobre la Casa Brutale, un proyecto extraordinario que se construye actualmente en las afueras de Beirut (Líbano).
Vivir al borde
Con un presupuesto de $2.5 millones, Open Platform for Architecture (OPA) ha tenido la original idea de incrustar una espectacular estructura de hormigón en un acantilado. La casa, a 1.600 metros de altura, se mimetiza con el paisaje y casi sugiere un escenario de ciencia ficción. Vamos a echarle un vistazo.
Una piscina de horizonte infinito hace las veces de techo de esta construcción de 270 metros cuadrados, lo que significa que la luz del sol entra en la construcción difuminada a través de esta particular claraboya gigante, que además favorece el ahorro energético. El resultado estético de esta idea se traduce en patrones luminosos dinámicos que acarician el concreto desnudo con sombras y reflejos.
Diseñada para seis personas, con un garaje subterráneo para tres automóviles, la casa tiene una gran fachada de cristal de doble altura que regala vistas fabulosas desde la montaña Faqra, donde muy cerca se ubican las exclusivas villas de RedRock Village & Spa. Al vidrio y hormigón se suma la madera envejecida y acero, lográndose un conjunto de materiales sencillos que favorecen que la vivienda se vea camuflada en la roca.
Colaborando con OPA, la empresa de consultoría global ARUP lidera este proyecto, con la participación de la oficina local libanesa Sarkis Azadian Architects. Juntos han pensado en todo, incluso en hacer la estructura resistente a terremotos, deslizamientos de tierra e inundaciones.
La casa es una oda al brutalismo. OPA describe su obra como una interpretación geométrica del paisaje. Vamos a esperar hasta 2018 para comprobar si la realidad supera la audacia de las imágenes que se aprecian en los renders.