Una nueva biblioteca en Madrid podría no ser una gran noticia, sin embargo, si esta es una nave verde aparentemente suspendida en el aire, la situación es otra. Combinar un edificio de uso público con una alternativa ecológica y una moderna tendencia del paisajismo es la estrategia que el estudio 3Gotti quiere emplear en el diseño de su nuevo proyecto en la capital española.
Un edificio de fachada verde en una ciudad que experimenta las cuatro estaciones puede ser una propuesta arriesgada, por supuesto, la efectividad y belleza del proyecto dependerá de las plantas escogidas para realizar el paisajismo y de la forma en que se diseñe el sustento de estas, será determinante. Estos son algunos de los criterios que deben tomarse en cuenta en la proyección y diseño de estas obras que comienzan a hacerse cada vez más frecuentes en las grandes ciudades.
En esta oportunidad, el barrio de Villaverde fue el escogido para desarrollar un proyecto bastante ambicioso, pues no sólo se trata de un edificio de fachada verde, sino que esta quiere dar la impresión de estar suspendida en el aire y además el edificio deberá cumplir con los requerimientos de las obras sustentables y ecofriendly.
Verde de popa a proa
La nave verde de 3Gotti será una edificación cuya base será una planta de paredes y divisiones vidrio, en donde se desarrollarán aquellas actividades públicas de la biblioteca que impliquen ruido y mayor intercambio social. La perspectiva visual de esta planta será la de una base transparente que además de permitir el paso de la luz natural a todos los espacios, reduciendo el gasto energético, le brindará al público la ilusión de que la planta superior esté verdaderamente suspendida en el aire.
Internamente, pasillos y jardines internos, así como huertos urbanos en los espacios de los bordes del edificio, estarán a la disposición de actividades culturales para los vecinos y especialmente para los niños. Pero la verdadera nave será la estructura monolítica que, posada sobre el extenso banco de vidrio, formará la segunda planta de la biblioteca.
La construcción estará conformada por un armazón de tubos rojos unidos por una estructura de hormigón, ladrillo y yeso oscuro. Sobre esto extenderá una red metálica que servirá de sustento para que germine y se desarrolle una enredadera de virginias que en primavera y verano muestre un follaje verde y espeso, pero en otoño e invierno deje a la vista la estructura oscura de la nave.
Esta planta superior estará dedicada al estudio individual que requiere de mayor aislamiento y silencio, con cabinas y cubículos con vistas al exterior o completamente cerradas para el disfrute de los lectores solitarios o aquellas personas que necesiten un espacio reservado para trabajar.
Ser o parecer
Verse verde no quiere decir que lo sea. Un edificio con fachada vegetal no necesariamente sigue las especificaciones de un “edificio verde”. La diferencia no está a la vista, sino en la estructura.
Los edificios verdes son aquellos que intentan no dejar huella de carbono. Se trata de edificaciones sostenibles que además de proveerse de sus propias fuentes de energía, también reducen su consumo y en algunos casos, hasta aportan beneficios ecológicos a la comunidad.
En el caso de “la nave”, las razones para llamarse “verde” son varias. En primer lugar, la planta inferior reduce el consumo de gasto eléctrico tal como fue señalado y ofrece espacios para huertos urbanos que servirán como pequeñas escuelas de actividades agrícolas de menor escala para ayudar a la población a desarrollar habilidades de sustentabilidad.
En el caso de la planta superior, las enredaderas servirán como un pequeño pulmón para oxigenar el aire de la comunidad, aportará humedad y frescura en el verano y en el invierno, la estructura oscura absorberá calor que, al trasladarse al interior del edificio, reducirá el gasto eléctrico de la calefacción. El caparazón de la nave también contará con cortes que servirán de claraboyas por las que entrará la luz natural además de favorecer el contacto con el exterior.
Los edificios de fachada verde generalmente son diseñados con el propósito de aportar ornato vegetal a espacios urbanos saturados de concreto y los “edificios verdes” se imponen como la tendencia a la que las obras arquitectónicas modernas se inclinarán para asegurar un menor impacto ecológico. Este proyecto combina lo mejor de ambas opciones para brindarle a la comunidad de Valleverde un espacio distintivo de modernidad, desarrollo intelectual e intercambio cultural.