En nuestros días la arquitectura y la tecnología se han hermanado de una manera asombrosa. Ya no solo es la integración de lo referente a la tecnología solar o los materiales de construcción, sino que desde hace un tiempo la impresión 3D ha empezado a cambiar el proceso mismo de llevar un diseño del papel a la realidad.
La impresión 3D permite que arquitectos y diseñadores puedan hacer tangibles elementos de materiales como mampostería, hormigón e incluso madera. Sin embargo, el radio de acción de esta novedosa tecnología, sin duda también cambiará la forma de concebir, negociar y vender los bienes raíces.
Constructores y arquitectos no solo pueden ahora explorar la factibilidad de un diseño. Con la impresión 3D ambos pueden comprobar cuán durables son los materiales y hasta pueden dar con certeza el tiempo que les tomaría concluir una edificación.
El reinado de lo prefabricado
Lo prefabricado es una de las grandes apuestas de la impresión 3D. Gracias a esta tecnología es posible crear estructuras y objetos mucho más grandes utilizando una variedad de prefabricados. Esto evidentemente trastocará la construcción tradicional, pues permitiría que los equipos construcción ensamblen edificaciones en corto tiempo y en entornos difíciles de alcanzar.
Esto quiere decir que desde ahora, una estructura edificio puede diseñarse e imprimirse en un lugar y luego transportarse al lugar de instalación para ser ensamblada. Obviamente, esto beneficiará a poblaciones que hayan sufrido desastres naturales, ya que se podría reconstruir rápidamente sus casas.
Más materiales, más innovaciones, nuevas apuestas
Todo lo imposible de construir, dará paso a “cualquier cosa que se imagine será posible de construir”. Los artesanos de la construcción de la sempiterna Bauhaus volverán por sus fueros, pues la impresión 3D podrá hacer sus sueños realidad.
Los diseños biofílicos –esos que se inspiran en procesos de la naturaleza- están a la orden del día con la impresión 3D. Esta tecnología proporciona nuevos métodos para trabajar con las células sin dañarlas lo que un sinfín de posibilidades para la creación de diferentes tipos de materiales orgánicos.
De hecho, la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada del Departamento de Defensa estadounidense (DARPA) ya trabaja en la investigación de la fabricación de nuevos materiales de construcción que tengan la capacidad de auto regenerarse y responder al medio donde se implanten.
Al lado de los diseños biofílicos están los llamados materiales programables. Estos, al igual que biofílicos reaccionan al entorno. Un buen ejemplo es el prototipo creado por Chao Chen, estudiante del Royal College of Art. El prototipo de Chen reacciona cuando el agua impacta sobre su superficie, o cuando deja de hacerlo. Solo imagine edificios o casas cuya superficie se abra o cierre con la lluvia. Sin duda, este tipo de construcción que apuesta a emular a la naturaleza, dejará a muchos sin habla.
Sin duda, la impresión 3D aportará al siglo XXI un concepto de creación arquitectónica que dejaría verdes de envidia a creadores tan brillantes como Leonardo Da Vinci.