Hablar de la arquitectura moderna, es referirse a la escuela Bauhaus. Fundada en la ciudad de Weimar en Alemania por el arquitecto Walter Groppius en 1929, la Staatliche Bauhaus o Casa de la Construcción Estatal, tenía la misión de retornar al concepto artesanal de la construcción y la unificación de las artes, marcando un hito en la arquitectura.
Con este lema, la Bauhaus se convirtió en la primera escuela de diseño del mundo revolucionando la arquitectura al enlazar la estética, simplicidad y la utilidad. El sistema de estudio de Groppius consistió en un curso llamado “Vorkus” en el que cursaban diversas disciplinas artísticas, seguidas de talleres y, finalmente, un curso de perfeccionamiento. La filosofía Bauhaus se alejaba del mecanicismo inclinándose por piezas y obras únicas con diseño utilitario.
Crecimiento bajo presión
La escuela Bauhaus se desarrolló en una época bastante convulsionada en Europa. El movimiento nazi en Alemania, generó muchas presiones políticas sobre la escuela, haciendo que progresivamente fuera cambiando tanto de directores como de sedes cada vez más orientados a la industrialización, hasta que finalmente cerrara en 1933.
Durante su época de esplendor, la escuela de arquitectura Bauhaus diseñó sus obras según su función. Sus formas no eran las tradicionales, porque se orientaban a satisfacer las necesidades de la actividad que se realizará en ellas. Bajo la tutela de esta escuela arquitectónica alemana se da protagonismo a los materiales, exhibiéndolos y sacando de ellos su mayor provecho. En este sentido, es común observar vigas de hierro expuestas en la construcción y formando parte de su estética.
Una de las novedades que la Bauhaus introdujo fue el uso del vidrio de piso a techo, aprovechando el uso de la luz natural. En cuanto a los colores, predominan los neutros y claros, en contraste con los marcos de ventanas en colores oscuros para resaltar el uso del metal. Las paredes de superficies lisas, las líneas simples, el uso del concreto armado y del cemento, caracterizan a este tipo de obras, que se definen conceptualmente por su profundo sentido social.
Arte sin tiempo
La influencia de la escuela Bauhaus, no se limita a la arquitectura, puede decirse que todas las artes plásticas fueron tocadas por ella, como la tipografía, en la que la escuela creó un estilo con líneas simples y elegantes.
El impacto de este movimiento artístico puede medirse por su supervivencia en el tiempo, una muestra interesante de ello es “La Ciudad Blanca” de Tel Aviv, que fue catalogada por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad en 2006.