Un refugio para el hielo en Groenlandia

A 250km al norte del círculo polar ártico, justo al borde del desierto de Groenlandia protegido por la UNESCO, se levanta Centro Icefjord. Este es un impresionante edificio que sirve de refugio, centro de estudio e investigaciones sobre el hielo, la historia humana y la evolución a escala local y global.

Posado en el dramático paisaje del glaciar Sermeq Kujalleq, el Centro Icefjord tiene una increíble estructura que recuerda las alas de un búho cuando rozan la tierra. Ideado como un punto de investigación de la gran producción de hielo del glaciar donde se encuentra, este es conocido por la comunidad científica como el lugar ideal para la observación del cambio climático y sus efectos.

El vuelo del búho

La arquitecta Dorte Mandrup ganó el concurso para el desarrollo del proyecto y se inspiró en la geografía del lugar para diseñar un singular edificio que parece flotar sobre la cima del glaciar. Así pues, la estructura regala a los asistentes una vista, difícil de olvidar.

Este centro proyectado como un espacio abierto durante todo el año a diversos públicos (residentes locales, empresas, políticos, investigadores del clima y turistas), alberga exposiciones, una sala de cine, una cafetería y una tienda, así como instalaciones educativas y de investigación. A través de ellas los visitantes pueden conocer la historia del hielo, de la humanidad y cómo ambas se relacionan con la historia del tiempo, que se asienta ligeramente sobre el lecho rocoso de Groenlandia, que es el más antiguo del mundo.

Asimismo, desde su apertura en 2016, el lugar ha servido como centro de convenciones, biblioteca, lugar de estudio y de observación, no solo de los glaciares, sino del sol de medianoche y de los fenómenos meteorológicos de la región.

Un espacio sustentable

Como no podía ser de otra forma, el edificio es completamente sustentable y amigable con la naturaleza. Se alimenta de una central hidroeléctrica local, utiliza paneles solares para complementar su consumo energético y posee ventanales de cristales triples para mantener el calor del edificio. Por si fuera poco, posee pavimentos, techos y suelos con sello ecológico, todo enclavado en una estructura 80%  de acero combinado con madera de roble de certificado ecológico.

El diseño de los techos y pasarelas previene la acumulación de nieve y favorece la entrada de luz. Esto hace del complejo un lugar que puede aprovecharse durante todo el año.

Todo el edificio es del deleite de sus visitantes. ¿La razón? Este interactúa con su entorno de acuerdo con las estaciones.

La estructura con forma de búmeran -que incluye 50 pórticos de acero-, en el invierno, permite que el viento arrastre la nieve lejos de los pórticos protegiendo así su entrada. En la primavera, el agua producto del derretimiento del hielo circula montaña abajo en su cauce natural, gracias a la disposición del edificio.

La función social de este centro se cumple a cabalidad al fungir de refugio y lugar de reuniones. Así como sus caminerías amplían los circuitos de senderismo de la zona proveyendo de espectaculares vistas y espacios seguros a disfrutar en un entorno conocido por su rudeza.

El Centro Icefjord es un ejemplo más de cómo con una mirada ecológica y utilitaria, la arquitectura sirve para realzar las bellezas naturales y acercarlas al aprovechamiento humano.