En estos días en los que reciclar se está convirtiendo en norma, no es de extrañar que el estudio Foster+Partners haya pensado en una solución reutilizable para el edificio provisional que dé albergue al parlamento británico. La encomienda a este estudio de arquitectos y a su desarrollador John Ritblat -afirma el diario británico The Times-, fue hecha como parte de una revisión de los costos generales de la restauración del Palacio de Westminster.
Esta estructura diseñada como una alternativa a la opción presentada por Allford Hall Monaghan Morris Architects (AHMM) de la remodelación de Richmond House, dará albergue al parlamento británico por unos 7 años. Para conservar la tradición, la propuesta de Foster+Partners hace un guiño a las efímeras salas de exposiciones del Crystal Palace, el famoso recinto que fue la sede en 1851 de la Great Exhibition of the Works of Industry of all Nations, cuyo promotor fue el esposo de la reina Victoria, el príncipe Alberto.
Con un enfoque de vanguardia, esta sede provisional que se ubicaría a unos 400 metros del Palacio de Westminster será un edificio revestido en vidrio de 151 metros de largo cuyo costo es de 390 millones de dólares. La estructura diseñada para ser desmontada y reutilizada tendría cuatro pisos en los que se incluirían 650 oficinas, así como réplicas detalladas de la Cámara de los Comunes, la Cámara de los Lores y otros espacios interiores importantes.
Renovar vs. innovar: el gran debate
Los británicos son celosos de su historia y de todo aquello que la compone, por eso a nadie extraña que se invierta una alta suma de dinero en la renovación de Palacio de Westminster (más de 5 mil millones de dólares). El palacio, que data del siglo XIX, cerrará sus puertas en 2025 para permitir que sus 1.100 habitaciones se sometan a una restauración dirigida por el estudio BDP.
Si bien la propuesta de Foster está enmarcada en lo reutilizable y, como ya se dijo, es una alternativa de menor costo a la remodelación de Richmond House, un edificio gubernamental en las cercanías de Whitehall, la diatriba no ha dejado de acompañarla. Reseña Times que, en detracción a esta, Rab Bennetts, cofundador del estudio de arquitectura Bennetts Associates, expresó en Twitter sus dudas sobre la “sostenibilidad” de la estructura.
“La primera regla de la sostenibilidad es reutilizar y adaptar un edificio existente; más aún si se trata de un uso a corto plazo. La adaptación de Richmond House en Whitehall es la solución obvia y responsable».
Para defender su proyecto Norman Foster señaló al Times que, la estructura que podría reutilizarse cuando se complete la restauración, no solo «ahorra una gran cantidad de dinero y tiempo y es reutilizable», sino que «muestra lo que Gran Bretaña puede producir como nación».
«Todo el mundo considera la reubicación del parlamento como un gran problema, pero también presenta una oportunidad increíble y no veo inconvenientes en nuestra propuesta. Además, Horse Guards estaría al lado de las calles 10 y 11 de Downing Street y es mucho más seguro que Richmond House», enfatizó.
Desde que el parlamento británico anunció su decisión de reubicarse temporalmente, las propuestas han llovido. Además de la de Foster+Partners destaca la del estudio estadounidense Gensler que planteó una estructura flotante similar a una burbuja que se construiría junto al Palacio de Westminster en el río Támesis.
La propuesta Gensler, que data de 2016, es sustancialmente menos costosa que la de Foster (211 millones de dólares), y también podría reubicarse para su uso en otro lugar una vez que se complete el trabajo de remodelación. Cabe destacar que la controvertida estructura desarrollada por John Ritblat, es una actualización de la que este estudio británico presentó en 2017.
Aunque nada está decidido aún, pues el COVID tiene la atención acaparada de la Gran Bretaña y del mundo entero, es posible que a Foster+Partners le surja más competencia. Así pues, habrá que esperar para saber qué tan reutilizable, burbujeante o flotante puede ser la sede provisional del parlamento británico.