El hotel Nodo, ubicado en la capital chilena, es la encarnación de un nuevo tipo de arquitectura que combina lo flexible, lo sostenible y lo urbano. Este hotel, obra del estudio Stein-Suazo arquitectos, posee un diseño arquitectónico que de entrada impacta, ya que busca ser una bocanada de naturaleza en medio del entorno de concreto, de una ciudad moderna y cosmopolita como Santiago.
El edificio, hecho siguiendo criterios de sostenibilidad, propone una experiencia estética única que intenta llevar a quien lo admira a los bosques. De hecho, su fachada bioactiva de madera permite purificar en un año la misma cantidad de aire que un bosque de 1,5 hectáreas.
Explican los arquitectos de Stein-Suazo que la base de la arquitectura del hotel, del piso 1 al 3, son los elementos pétreos, de hormigón, previstos para estancias de usos públicos como un coworking, restaurantes, cafetería y salones de eventos. Sobre esta base de hormigón, se levanta una estructura vertical de madera hasta el piso 11, que asemeja “un desorden ordenado, como árboles de un bosque, evidenciando la lectura de lo natural».
Un aspecto que tomaron en cuenta los realizadores de este hotel es la preocupación actual por el respeto al medio ambiente. Por eso, junto a su impactante y verde fachada bioactiva, el hotel incluye detalles de índole sostenible, a través de ventanas y los aislamientos, que generan una envolvente térmica del más alto estándar que reduce al mínimo su gasto de energía.
De igual manera, el edificio posee un ingenioso sistema de climatización con bombas de calor en cascadas, las cuales están sectorizadas por pisos y que también contribuyen a la reducción del consumo energético. Otro añadido interesante del Hotel Nodo es el uso de materiales reciclables, gracias a lo cual éste se convierte en uno de los hoteles más ecológicos del país.
Verde por fuera y flexible por dentro
El uso de la biofilia en este hotel es palpable (leer Biofilia: el concepto que está cambiando la arquitectura). La mayor parte de los espacios de este -por no decir que todos- han sido diseñados siguiendo patrones inspirados en la naturaleza. ¿La idea tras ello? Aumentar en los huéspedes la sensación de bienestar y disminuir los niveles de estrés.
Confiesan los arquitectos de Stein-Suazo que, en colaboración con el Centro de Neuro Arquitectura y Diseño (NAD), trabajaron en este hotel colores, alturas, clusters y dinámicas de iluminación, con el fin de fomentar el confort y la sincronicidad. Para ello afirman haberse inspirado en la diversidad paisajística chilena e incorporaron tanto en dormitorios como en pasillos texturas e imágenes modificadas de los paisajes naturales del país. Montaña, mar, desierto y bosque son temas que puede captar el ojo entrenado tanto en alfombras como en patrones de diseño de los detalles interiores de las habitaciones.
Más que un lobby
El lobby del Hotel Nodo maneja un concepto sencillamente único. Este pretende ser más que un simple punto de acceso. De hecho, es un lugar en el que convergen la socialización, el ocio y el coworking por igual.
Para lograr tal cometido, sus creadores hicieron de este recinto una propuesta de diseño única que combina arte con flexibilidad de uso. Así pues, el visitante bien podrá tomarse un trago o tener una reunión de negocios en medio de piezas de mobiliario como “Up” de Gaetano Pesce y “Mademoiselle” de Phillip Stark/Lenny Kravitz , y obras de Naoto Fukasawa.
Por si fuera poco, y para seguir en consonancia con lo verde, los arquitectos incluyeron en el diseño de este inusual lobby, sinuosas líneas naturales a través de las lámparas de la colección de inspiración submarina «Immersion» de David Trubridge, lo que le añade a este espacio una iluminación única. Como verá, este hotel es, sin lugar a duda, una obra de arte al que todo arquitecto debe visitar.