Las Passivhaus son modelos de construcción habitacionales cuya principal característica es la eficiencia energética. Pero como cuidar al planeta está de moda, este modelo de construcción tiene como un requerimiento casi obligatorio, el diseño con altísimos estándares estéticos, convirtiéndose en señal de estatus para quienes tienen la fortuna de habitarlas.
Así, un nuevo complejo basado en este nuevo estilo arquitectónico ha sido levantado en la isla de Mallorca, llevando el lujo y la modernidad a un nuevo nivel. Paseo Mallorca 15 es la nueva sensación de la isla. Un edificio cuyo diseño de fachada tiene un carácter interactivo y cambiante.
Una construcción 100% pasiva
Las construcciones Passivhaus tienen por objetivo tener la mínima incidencia ambiental, siendo autosustentables y poniendo especial énfasis en un mínimo gasto energético. Para lograrlo, se desarrolla siguiendo tres premisas:
- Súper aislamiento: las edificaciones deben contar con un aislamiento efectivo que les permita mantener el calor interno en los meses de invierno y protegerse del externo en el verano, disminuyendo así, el consumo energético por calefacción o ventilación. En el caso de Paseo Mallorca 15, las habitaciones están recubiertas por una fachada sólida que logra este cometido.
- Hermetismo: una construcción compacta evita las fugas de aire asegurando una mayor estabilidad térmica y al mismo tiempo genera un entorno más seguro, libre de bacterias, polvo y malos olores, así como también aísla el ruido externo. El estudio OHLAB (hacedor de Paseo Mallorca 15) cumplió este objetivo al revestir la mayor parte de la fachada del edificio con un vidrio de triple grosor que deja los espacios internos completamente aislados.
- Control térmico y la iluminación: OHLAB ha recubierto todo el edificio de paneles de madera móviles que filtran los torrentes de luz natural que se cuelan por los cristales, asegurando que tanto el calor como la claridad se integren a la vida cotidiana según los deseos de sus habitantes.
Una fachada en movimiento
Los paneles de madera que recubren la fachada de Paseo Mallorca 15, son los que brindan la oportunidad a los residentes de decidir dónde y cómo desean sus entradas de luz y cuánto de su intimidad dejan ver a los transeúntes. De esta manera, los paneles de la fachada del edificio se convierten en un proyecto en constante cambio que juega al «ahora me ves, ahora no me ves».
Todo esto se complementa con terrazas de piscinas privadas en los áticos, un jardín vertical en el lobby del edificio, columnas de bambú en las áreas comunes y el uso de maderas locales y materiales de máxima calidad para lograr acabados de altura. Una construcción que sin duda revoluciona el paisaje urbano de la bellísima Mallorca, y se perfila como un modelo a seguir en lo que a Passivhaus se refiere.