Marie Kondo: el orden es la nueva era

La nueva era que se propaga por el mundo se concentra en el orden y el minimalismo y llega de la mano de la japonesa Marie Kondo. Atrás quedaron pues, las piedras mágicas, los colores y los inciensos.

En la época de los millenials, construir un método para lo más sencillo, parece ser la clave del éxito. Así, poner en orden la casa y racionalizar las pertenencias es el camino que ha seguido la joven de 34 años para convertirse en una de las 100 personas más influyentes según la revista Times en el 2015 y en la protagonista del nuevo show de la cadena Netflix.

Una voz divina

La web Theaustralian.com publicó en 2014, una entrevista en la que Kondo explica su epifanía: “Un día tuve un colapso nervioso y me desmayé. Estuve inconsciente por dos horas. Cuando desperté, escuché una voz misteriosa, como si algún dios del orden me dijera que observara mis cosas más atentamente. Entonces me di cuenta de mi error: sólo pensaba en qué cosas desechar, cuando en realidad, debía fijarme en aquellas que deseaba conservar. Identificar las cosas que te hacen feliz: ese es el trabajo de ordenar”.

De esta “revelación” nació el método que le ha traído paz mental a muchas amas de casa y salud visual a muchos otros: el KonMari. El cual consiste -tal como lo indicó la celestial voz- en deshacerse de todo aquello que no “brinde felicidad” a la vida diaria, agrupar por categorías y encontrar un lugar para cada una.

Pero lo aparentemente simple, en realidad si tiene un trasfondo filosófico. El Shintoismo, que invita a vivir respetando los objetos por su valor sentimental sobre el monetario y a vivir de una forma correcta.

Primero lo primero

Establecer prioridades es vital para seguir el KonMari. La esencia del desorden es la acumulación, y esta última viene por el apego a los recuerdos que los objetos representan. Entonces, entender que el recuerdo no está sujeto a un objeto es fundamental, y luego, enfocarse en lo realmente utilitario.

Al momento de organizar las pertenencias, agrupar en categorías, jerarquizando lo útil sobre lo afectuoso, permitirá responder con mayor facilidad la pregunta básica que sustenta el método: ¿con qué me quedo?

Perdón, gracias, te amo

Según Marie Kondo, la esencia de la acumulación es la culpa. Los seres humanos acumulan cosas inservibles porque les causa tristeza o remordimiento deshacerse de ellas. Así, gavetas o closets enteros se llenan de tarjetas de regalos, ropa de la abuela fallecida, regalos manuales de los niños, recuerdos de los recién nacidos, placas de reconocimiento, flores secas… y un largo etcétera. Al parecer, las personas sienten apego a las cosas materiales por miedo a olvidar lo que éstas representan.

Ante esta situación, Kondo ofrece diversas opciones, siendo la digitalización, la más práctica de ellas. Simplemente, hacer fotos de cada uno de esos recuerdos, que luego queden archivadas en un correo electrónico al cual acudir cuando la nostalgia aparezca. Algo así como mudar el depósito, de la cochera, a la nube.

Eso sí. Antes de echar al canasto de la basura todas esas cosas que sobran y que ya no “esparcen alegría”, es necesario honrarlas. Según Kondo, es vital para liberarse de la ansiedad y la culpa que produce la limpieza, el despedirse y agradecer a cada artículo antes de desecharlo. De tal forma, el “espíritu del objeto” queda en paz y deja en tranquilidad a su dueño.

Parece una práctica un poco romántica, pero es una terapia que le está brindando paz a miles. Y es que su enfoque sustentado en la frase “Ordena tu espacio, transforma tu vida”, está dando menos trabajo a arquitectos y diseñadores de interiores en lo que respecta a ordenar y priorizar en áreas tan difíciles como la cocina.

Gracias a la moda Kondo, si es que se puede llamara así, el minimalismo ha vuelto a agarrar vuelo. Pero ya no como un percepto de elegancia, sino más bien como algo que alienta la paz exterior, poniendo incluso orden en el interior.