Un nuevo terminal del aeropuerto de Zúrich tendrá como protagonista a la madera, es un hecho. Este será construido en conjunto por los estudios BIG, HOK, 10:8 Architects y el ingeniero Bruno Happold y el mismo sustituirá las instalaciones del actual Doc A.
La propuesta triunfó en el concurso abierto para tal fin en 2020, siendo ganadora definitiva gracias a la original y sustentable idea de utilizar como material principal, la madera regional. Lo que sin duda resultó un toque muy inteligente y atractivo de parte de los estudios que trabajaron en este proyecto.
Una propuesta de primera
El proyecto de este equipo multidisciplinario fue considerado por los jueces del concurso como “la propuesta más convincente desde un punto de vista operacional, económico y sustentable”. Las razones de tal juicio saltan a la vista con solo ver la propuesta.
Por ejemplo, el área central del nuevo terminal contará con siete atrios de diversos niveles donde las figuras geométricas y la conjunción, entre el vidrio y la madera serán los protagonistas de un centro que alojará tiendas, restaurantes, servicios para los transeúntes y aeroportuarios, tanto de llegada, como de embarque.
La presencia de la madera en su estado más natural aportará la sensación de estar en una cabaña de campo y su diseño con forma de valle, brindará una apertura y mayor aprovechamiento del espacio.
Honrando a Los Alpes
Tanto la forma del atrio central como la de los ventanales de las zonas de embarque tienen una V invertida como forma predominante. Esto con la intención de honrar a los Alpes suizos y a los modelos de construcción de la zona que se han mantenido por generaciones.
A simple vista, la propuesta se puede mostrar un poco simple. Pero ojos entrenados podrán ver claramente que tal apreciación está lejos de la realidad.
El entramado de columnas diagonales de madera, la uniformidad en color, la simplicidad de las líneas de diseño solo contemplan un propósito: la atemporalidad. Los arquitectos se han enfocado en diseñar una propuesta que pueda ser adaptada en el futuro a mayores extensiones sin que sea necesario comprometer la estética del hub, y que al mismo tiempo sea amigable a nuevas tecnologías.
El uso de la madera local como principal material, abarata los costos de construcción, disminuye la huella de carbono y garantiza que futuras reformas puedan respetar la identidad del proyecto al estar sus materiales siempre disponibles. Adicionalmente, la inclusión de paneles solares, amplias entradas de luz y un sistema de recolección y reciclaje de aguas, apuntan a la sustentabilidad del que seguro se convertirá en un aeropuerto de referencia para las nuevas estructuras aeroportuarias cuando sea abierto al público, lo cual se estima suceda en 10 años.