Los superhéroes del siglo XXI no son otros que los arquitectos. Desprovistos de armas láser, capas o atavíos especiales, pero dotados de soluciones ingeniosas, imaginación y conocimientos de materiales no contaminantes, las nuevas generaciones de arquitectos han tomado la lucha contra el cambio climático muy en serio. Por eso no es de extrañar que los grandes estudios, en todo el mundo, hayan convertido a lo “sostenible” en un sello de sus proyectos.
Y usted seguramente se estará preguntando por qué los arquitectos y no otros profesionales son los llamados a mitigar los resultados devastadores del calentamiento global. Pues bien, le contamos.
Resulta, que en según estudios de diversas instituciones encargadas del cuidado del medio ambiente, hoy se sabe que alrededor del 40 por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero son producidas por la industria de la construcción. Una cifra tan alarmante, no solo se convirtió en un poderoso llamado a la revisión de los procedimientos y materiales con los que trabajaba esta industria, sino en una invitación casi desesperada a arquitectos y diseñadores, a revaluar su papel en la construcción de un futuro más sostenible.
Tras este emplazado mucho ha sido lo que se ha movido. Investigación de tecnologías sostenibles, uso de materiales alternativos, evolución y actualización constante de «mejores prácticas» arquitectónicas son algunos de los más notables. Pero lo que quizás usted no sabe es que el mundo actual ha exigido a los arquitectos apertrecharse de nuevas destrezas o superpoderes que a veces pasan por debajo de la mesa, aunque estos les ayuden a marcar la diferencia.
3 Superpoderes arquitectónicos
Leer a la naturaleza. Si bien, saber cómo un diseño impacta al planeta y sus habitantes, no es un superpoder tan “cool”, el leer la naturaleza, y hacer de ella un mentor para tomar decisiones de diseño sostenible, seguro que sí lo es. Los arquitectos actuales han vuelto al origen. Y al igual que Da Vinci en El Renacimiento, han empezado a encontrar soluciones a problemas de construcción en la naturaleza.
La forma en que edifican los paneles las abejas, las construcciones subterráneas de las hormigas y pare usted de contar, son las fuentes de inspiración que la arquitectura sostenible ha encontrado para trabajar de la mano del planeta y no en su contra.
Este enfoque ha dado lugar novedosas apuestas que han logrado enriquecer a la arquitectura, y entre ellas podemos nombrar al biomimetismo (construcciones que se integran a la naturaleza o la copian) y los edificios energéticamente positivos (producen la energía que consumen). Gracias a este tipo de iniciativas, en la actualidad “lo verde” parece ganar más espacio e importancia en los planes de gobierno y en las ordenanza de construcción de las ciudades de los países desarrollados.
Hablar con los materiales. Comprender los materiales es otro superpoder de la arquitectura sostenible. Saber de dónde provienen los materiales que usan en una construcción tanto en términos de ubicación, como de quién y cómo los fabrican, en estos días marca la diferencia. ¿Por qué? Pues porque cada producto que tiene su propia huella de carbono y las prácticas de funcionamiento del fabricante tienen un impacto en lo bueno o malo que es un producto para el medio ambiente.
Así pues en la carrera de lo sostenible, la lucha por arribar a un número cercano al cero es ahora lo importante. No en vano, en la actualidad hay una gran cantidad de certificaciones de construcción ecológica que premian “las buenas prácticas” de fabricación y aseguran a los arquitectos que sus proyectos tienen un reducido impacto en el medio ambiente.
Esto ha abierto además el abanico al descubrimiento de nuevos materiales y la reincorporación de algunos que nuestros ancestros usaban. La madera, el bambú, la arcilla son tres ejemplos. Pero si vamos a hablar de innovaciones tenemos que nombrar a al “cemento negativo”, el cual se espera suplante al tradicional, ya que es un 90% más ecológico, pues recicla el CO2 que se genera en su fabricación.
Ver el futuro. Este superpoder no se trata de predecir, se trata de adelantarse a los acontecimientos y encontrar soluciones. Para los arquitectos actuales mirar hacia adelante y usar las nuevas tecnologías disponibles ha significado un cambio en sus estructura de trabajo.
Es por eso que soluciones como las impresoras 3D, cuyo uso parece sacado de la sagas de Marvel, han logrado darle un vuelco completo industria de la construcción, no solo en términos de tiempo, sino en la mejora de las condiciones de quienes trabajan en ella. Y si a esta innovación se le suma las nuevas herramientas digitales para desarrollar el diseño de edificios, sin duda, se puede decir que la arquitectura es la carrera que puede ver el futuro porque vive en él.
Así que, si bien estos paladines de la lucha contra el cambio climático no han sido tomados en cuenta para formar parte de los Avengers, si están siendo llamados a actualizarse cada día para edificar el futuro sostenible para el planeta en el que todos queremos vivir.