Cosas que no debes meter en una lavadora (y siempre lo haces)

El dicho reza “nunca sabes lo que tienes hasta que lo pierdes”. Y, aunque usualmente se dice en relación al amor, éste aplica para todo.

En nuestro día a día, hay un electrodoméstico que es imprescindible en las tareas del hogar y que muchas veces es el que menos cuidamos. Su alta durabilidad y su poca necesidad de mantenimiento, lo hacen “invisible” ante nuestros ojos… obviamente hablamos de la lavadora.

Hasta que se daña no reparamos en toda la carga que le asignamos a este aparato. Y no es hasta que tenemos que lavar a mano o acudir a una lavandería automática, que entendemos la bendición que significa en la vida moderna.

Solemos ser descuidados con las lavadoras y, más allá del “no mezclar ropa blanca con ropa de color”, poco sabemos de los cuidados mínimos que ella debe tener (a veces, ni siquiera realizamos los ciclos de limpieza del motor con regularidad). Y esos cuidados incluyen ropa o materiales que nunca deberías lavar en ella.

Así que, en esta oportunidad hablaremos de aquellas cosas que pueden dañar tu lavadora. Toma nota.

Los 6 indeseables de tu lavadora

1. Monedas. Siempre pasa que se nos olvida revisar los bolsillos de los pantalones y/o chaquetas y nos damos cuenta de esto cuando la lavadora empieza a sonar como si la estuvieran golpeando por dentro con un pedazo de metal, o como si estuviéramos lavando pequeñas rocas. Si corremos con suerte, nos damos cuenta y rescatamos las monedas a tiempo. Pero si por el contrario, tenemos la costumbre de prenderla y marcharnos a hacer otras cosas, corremos el riesgo de que una moneda se atasque en un lugar que no queremos, estropeando la lavadora.

¿Cuál es el peligro que esto implica? Una moneda puede romper las aletas de la bomba de drenaje, atascarse en el sistema de rotación del tambor, bloquear el tubo de drenaje y hasta romper el cristal protector, en aquellos modelos más viejos. Sí, una simple moneda puede hacer esto y mucho más. No quisimos hacer un apartado especial para las llaves, pero éstas hacen el mismo daño que las monedas, e igual cantidad de ruido.

2. Tenis o zapatos de goma. ¿Quién no ha metido en la lavadora sus zapatos deportivos para verlos como recién comprados? Por lo menos, de adolescentes lo hicimos más de una vez.

Dentro de la lavadora, el peso de los zapatos puede desestabilizar el tambor, romper otras prendas y/o rayar el tanque. Si haces esto frecuentemente, puedes llegar a dañar seriamente el tambor de la lavadora y su sistema interno.

3. Almohadas. Probablemente has oído sobre los ácaros y todos aquellos elementos alérgenos que se pueden hospedar en nuestra ropa de cama. Y puede que también se te haya ocurrido que una buena forma de eliminarlos de tus almohadas es lavándolas con un ciclo delicado. Mala decisión.

Las almohadas hechas de espuma pueden debilitarse y romperse, además de perder su forma. Hoy en día existen muchas opciones de almohadas hipoalergénicas y más resistentes a los ácaros.

4. Sostenes o lencería femenina. Mientras más delicada, menos recomendable es lavar estas prendas en la lavadora. Corres el riesgo de que los encajes o bordados se rompan o que se deformen las ballenas o alambres o peor aún, que terminen enganchados a otra ropa, ocasionando roturas en la tela. Una forma de lavarlas es con una bolsa de malla para protegerlas y usar un ciclo delicado.
5. Ropa impermeable. Estas son las prendas que crean un efecto extraño y curioso al lavarlas en la máquina, ya que el material atrapa el agua como un globo. Y éste suele estallar en el ciclo de centrifugado, mojando lo que no debe mojar. Por favor, ni siquiera intentes comprobarlo.
6. Prendas o utensilios de tus mascotas. Por algo muy sencillo. Llenan de pelos toda la máquina y, si lo lavas con tu ropa, ésta también se llenará de pelos. Además, el pelo de tu mascota puede apelotonarse y adherirse al tambor u obstruir las tuberías de drenaje. Si quieres evitar esto, pasa un rodillo de pelusas o cinta adhesiva para limpiar la prenda antes de lavarla.

Esperamos que revises esta lista de enemigos de tu fiel lavadora antes de poner la próxima carga a andar.