Las casas en los árboles son el delirio de todos los niños, y muchos de ellos crecieron lo suficiente para convertirlas en verdaderas obras de arte alrededor del mundo. Un deseo lúdico, la inspiración tras un cuento de hadas, una motivación ecológica o simplemente el descubrimiento de un nuevo nicho comercial, están dando a lugar a que la construcción de casas en los árboles combine la tecnología, la arquitectura y el diseño para generar espectaculares obras que nada tienen que envidiarle a muchas ancladas en la tierra.
La premisa de estas construcciones es impactar en la menor medida posible al medio ambiente, respetar los paisajes y lograr la sostenibilidad de la construcción. En realidad, es una premisa compartida con cualquier otra obra arquitectónica -al menos en teoría- pero si se toma en cuenta que la construcción se desarrolla en el medio de un bosque, cada una de estas pautas cobra mucho más sentido.
La utilidad de estas casas en los árboles es infinita y realmente se están convirtiendo en un negocio. Son muchos los clientes que buscan un refugio para aislarse de las grandes ciudades y su deseo de lujo y confort pueden determinar la magnitud de la obra. A continuación, se muestran tres ejemplos de cómo el típico sueño infantil de la casita sobre el roble se puede cristalizar en una delicada casa de té en Japón, un moderno diseño poco convencional en Canadá o una lujosísima estructura en Francia.
Como un cuento de hadas
Idílica sería la palabra adecuada para describir la visión de una delicada y minimalista construcción de una pequeña casa con todo y chimenea posada sobre un robusto ciprés rodeada de cerezos en flor en plena primavera. TeahouseTetsu es el nombre de la obra con la que el arquitecto Terunobu Fujimori representó a Japón en la bienal de Venecia.
La construcción se encuentra en la villa de arte Kiyoharu, en la ciudad de Hokuto, una colonia abierta al público en 1983 en donde restaurantes, escuelas de arte, esculturas y exposiciones hacen el disfrute de los visitantes. Elevada a 4 metros del suelo, el espacio interior es de 6 metros cuadrados. El diseño interior es estrictamente minimalista y orientado a la función del lugar que es ofrecerles a los visitantes la mejor vista de la villa para compartir una taza de té. Varios artistas colaboraron con el arquitecto en el diseño tanto del techo como la iluminación y la distribución del espacio interior.
Un huevo en el árbol
Así describe Joel Allen su nuevo hogar. A los 26 años, el que se desempeñaba como un desarrollador de páginas web, decidió retirarse de su oficio y de su vida en la ciudad y tras encontrar a un mentor que le enseñó el oficio de la carpintería, inició junto a algunos amigos, la experiencia de construir su propia casa en un árbol.
En un proceso bastante rudimentario, diseñó la casa en forma de huevo, que puso a prueba en una escala mucho más pequeña que la real en el árbol del patio de uno de sus amigos. El bosque de Whistler en Canadá fue el lugar escogido por el emprendedor para ejecutar su visión y bastaron dos meses de pesquisas hasta encontrar el lugar y árbol adecuado.
Los criterios eran tan variados como básicos: un árbol lo suficientemente robusto como para sostener el huevo, una buena vista del bosque, fácil acceso en bicicleta y una fuente de agua corriente cercana. Tras tres años de recolectar los materiales y trabajar en la construcción de TheHemloft, el joven carpintero disfruta de una inusual pero magnífica construcción.
El lujo en el bosque
En un bosque de pinos en Francia, la arquitecta Victoria Migliore desarrolló un proyecto que, aunque se basa en el sueño de la casa del árbol, deja muy atrás lo rústico o básico. La vivienda desarrollada con forma rectangular y que se eleva del suelo entre 1 y 4 metros debido al desnivel del terreno y previendo las consecuencias del crecimiento de las raíces de los pinos entre los que está construida, es todo lujo y diseño de altísimo nivel.
El rectángulo se divide en variados espacios internos que se comunican entre sí por ventanales corredizos, dejando entrar toda la luz y permitiendo una vista panorámica del bosque, logrando una perfecta interacción entre el interior y el exterior de la vivienda. Una piscina interna, una red suspendida en uno de los cañones que sirve de hamaca a la intemperie, jardines internos y por supuesto, espacios en donde los árboles atraviesan la estructura que asemeja a un anillo sobre una mano de pinos, hacen de esta casa una verdadera interpretación adulta del sueño infantil de todos.
La convivencia con la naturaleza se impone en un mundo que cada día entiende mejor la importancia de respetar el ecosistema e incorporar prácticas ecológicas a la vida diaria. Volver al bosque, edificar sobre árboles y no en su contra es una tendencia que se espera prevalezca en el tiempo.