¿Quién dijo que el diseño de las casas de interés social debe estar reñido con la belleza? Esta es sin duda la pregunta a la que dio una contundente respuesta la firma china ZAO/standardarchitecture. Este estudio que se sitúa en la vanguardia de la última generación de China de los arquitectos emergentes, fue fundado en 2001 por Zhang Ke, quien inteligentemente ha incluido en el seno del mismo otros renombrados arquitectos entre los que se cuentan Zhang Mingming, Huang Tanyu, Ao Ikegami, Dai Haifei, y hasta a la portuguesa Claudia Taborda.
El vertiginoso crecimiento de ZAO/standardarchitecture hizo que fuera incluido entre los 10 estudios más innovadores del 2010 y 2011, seleccionados por la revista Architectural Record, y reconocidos como una de las más importantes firmas de arquitectura del mundo. Pero todo esto no sale de la nada. ZAO se ha hecho famoso por sus propuestas llenas de ingenio y versatilidad.
Recientemente, su trabajo con los hutongs (pequeñas casa de los barrios céntricos de Pekín) no solo le ha valido el aplauso de la Bienal de Venecia de este año, sino que ha sido reseñado por medios de comunicación en todo el mundo debido al extraordinario manejo de espacio, luz y materiales. Así pues, en los llamados “micro-hutong” (30 metros cuadrados) han logrado insertar comodidades y belleza a través de una serie de volúmenes extruidos de hormigón, hermosos ventanales de techo a piso, claraboyas que dan luz natural a habitaciones de doble altura y patios centrales que conectan con diferentes elementos.
Aunque innovadora y vanguardista, la propuesta de ZAO/standardarchitecture conserva la arquitectura tradicional de la capital china, que tiene como rasgo distintivo casas bajas organizadas en torno a patios y baños comunitarios. Este respeto por la identidad patrimonial de los lugares es parte de la filosofía de la firma y puede verse en muchos de sus trabajos.
Algo que ha causado asombro de esta propuesta de ZAO es cómo ha integrado la nueva visión a lo que había en el lugar sin destruirlo. En tal sentido, la solución arquitectónica estuvo orientada a rediseñar, renovar y volver a utilizar las estructuras existentes. Fue así como la magia se hizo posible y en asociación con las familias que viven allí, diseñaron una biblioteca de 9 metros cuadrados para los niños, construida en madera contrachapada e insertada debajo de la cubierta a dos aguas de un edificio preexistente.
Otro punto interesante de este trabajo es la cocina, la cual fue rediseñada debajo de un gran árbol de ceniza, en un micro espacio de apenas 6 metros cuadrados y para la que se usó el tradicional ladrillo gris-azulado. Para fortalecer los lazos de la comunidad del hutong los arquitectos, además, intervinieron el patio comunal. Así pues, los escolares pueden ahora cobijarse bajo las ramas del árbol de ceniza para leer o disfrutar de las historias que sus mayores compartan. Es así como Zhang Ke y su equipo dictan cátedra sobre la optimización del espacio, la preservación del patrimonio y cómo la arquitectura puede hacer de las viviendas destinas a la gente sencilla una verdadera obra de arte.
Fotografías: Su Shengliang