El ingrediente vital para que todo trabajo culinario sea de alta calidad, con menos riesgos y la mejor presentación, radica en una buena iluminación que permita preparar los platos con la mayor precisión.
Sin embargo, como no todo es funcionalidad y el diseño de las cocinas es tan importante como un buen emplatado, la luz no sólo debe ser potente sino también bella. A continuación presentamos las 5 razones por las que la iluminación empotrada es como la sal: no puede faltar en tu cocina.
1. El mejor condimento es el que no se ve
Las lámparas LED empotradas en los techos o gabinetes de la cocina, ofrecen la importante ventaja de la discreción. En un ambiente que suele estar recargado por distintos electrodomésticos e implementos de cocina, el minimalismo en los útiles fijos como las lámparas, se agradece. Es por ello que las grandes luminarias son dejadas de lado ante un accesorio que además de luz, ofrece la simpleza y elegancia que un lugar tan importante como concurrido necesita.
2. El calor, para las hornillas
La luz en la cocina sólo debe ser eso, luz. En un espacio con tantas fuentes de calor, el emitido por la luz amarilla de las grandes lámparas, sobra y molesta. La luz empotrada de los diseños modernos, utiliza bombillos LED, también conocidos como luz fría, que contribuyen a un ambiente más ligero y amigable. Además, si son empotrados en los gabinetes, el contacto cercano con las lámparas, será más cómodo y menos riesgoso.
3. Iluminación balanceada
Así como el mejor de los platos es aquel que contiene todos los tipos de alimentos, la mejor iluminación es aquella que combina distintas intensidades y direcciones. Jugar con las luces empotradas en el techo, gabinetes y encimeras, permite combinar una discreta luz general en el techo, con otras focalizadas en los lugares que sean más funcionales o decorativos dando una mayor calidez al espacio.
4. La multiplicación de las luces
Qué nunca falten los alimentos… ¡y la luz tampoco! Los bombillos downlight LED usados en las lámparas empotradas tienen una duración de hasta 50.000 horas, lo que se traduce en 5 años de uso continuo sin apagarse. El ahorro que esto supone seguramente puede significar la compra de esa máquina de café espresso que luciría tan bien la cocina.
5. En la variedad está el gusto
Empotradas no quiere decir aburridas. Hay lámparas empotradas para todos los gustos. Desde las más discretas, pasando por las tiras ajustables a molduras curvas, hasta las que se asemejan cubos de hielo, y muestran formas y texturas diferentes. Este tipo de iluminación se ajusta a cualquier gusto y diseño.
Iluminar la cocina es una tarea importante que también puede ser divertida si se exploran todas las opciones al momento de llevar la luz al centro de operaciones de la casa.
La cocina es el lugar más concurrido de una casa. Las mejores experiencias domésticas se cuecen alrededor de las hornillas, por lo que no hay que olvidar que cada plato es sazonado por la luz con la que se prepara.