Ni porque usted tenga algunos de los hornos de Gaggenau, Bosch, Thermador o Smeg se salva de cometer errores que le restan encanto a sus platos. Es por eso que hemos decido hacer este artículo para darle tips que le ayudarán a:
- sacarle mayor provecho a su horno
- evitar los contratiempos y traspiés que secan la carne, queman las tortas o hacen que manipular este aparato cause percances. (Lea también Hornee como un profesional en 4 pasos con el HBA512ER0 de Bosch).
Así que tome lápiz y papel, o simplemente su Tablet porque aquí vamos.
Los 6 pecados capitales del horneado
Por muy sencillo que pueda parecer, lo cierto es que hornear es un arte. Olvídese de eso de lo meto al horno y ya, sobre todo si quiere que un platillo quede bien.
Para hornear como un profesional hay que saber ciertas cosillas y evitar otras tantas. Pero empecemos por lo básico, esos pecados usuales que cometemos y que ponen en riesgos nuestras cocciones.
Pecado #1. El desconocimiento.
No saber qué tipo de horno tenemos en la cocina es, sin lugar a dudas, un pecado capital. ¿Por qué? Pues porque cada horno tiene ventajas y desventajas. Por ejemplo, el aparato tradicional, ese de toda la vida (con selector de tiempo y temperatura y resistencia arriba y abajo del espacio de cocción), no podrá ni de cerca ofrecerle las bondades de uno de convección que posee un sistema de ventilador que reparte eficientemente el calor de cocción. Este último tampoco podrá brindarle las prebendas de uno mixto, que al tener un generador de vapor que ayuda a compensar la pérdida de humedad del alimento, hace que sus carnes siempre queden jugosas.
Conclusión: busque el manual de su horno y échele un ojo. Este es el primer paso para sacarle partido a lo que tiene en casa o decidirse a ir por uno más moderno.
Pecado #2. No entender de temperaturas.
Dejarse llevar por la premura y no precalentar el horno, al menos 15 minutos antes de empezar a cocinar, es un pecado imperdonable. Y si a esto le sumamos el ponerlo a todo lo que da para asar más rápido, y sin controlar el tiempo, pues entonces estamos frente a la “crónica de una carne quemada”.
¿Entonces qué hay qué hacer? Si usted necesita cocinar algo a 180 grados, lo que debe hacer es encender el horno y cuando llegue a esa temperatura, es cuando meterá la bandeja con la preparación, previamente engrasada y se asegurará que esta esté el tiempo correcto dentro del horno. (Lea también Terapia de horneado al estilo Gaggenau).
Pecado #3. Abrir la puerta del horno.
Sí, es obvio que hay que saber cuándo algo está casi a punto. Pero al abrir la puerta del horno contantemente estamos cortando el ciclo de calor que algunas preparaciones necesitan. Y esto no solo aplica a las tortas o panes, sino incluso a pastichos, pizzas y hasta carnes.
Pero hay otro tema importante con esto de abrir la puerta del horno. Generalmente, la gente abre los hornos y se queda frente a ellos. Esto es no solo perjudicial sino peligroso. Un golpe de calor puede causarle daños en la piel, en la cara y en los ojos. Y no estamos exagerando. Lo prudente es que, si tiene necesidad de abrir el horno, lo haga estando de lado a este. Deje que salga el calor y luego haga lo que vaya a hacer y cierre.
Pecado #4. No respetar las alturas.
Puede que de esto haya oído poco, pero colocar cada alimento en la altura adecuada hace la diferencia. ¿Por qué? Porque el calor en todos los hornos sube de abajo hacia arriba. Por tanto, es importante entender que la parte más alta será la que concentrará más temperatura y por tanto la ideal para alimentos que necesiten cocciones muy rápidas o calor súbito, como los gratinados, por ejemplo. De lo anterior, es obvio deducir que las cocciones más lentas, como los asados de carne, que se llevan su tiempo, deben colocarse en la parte inferior.
Pecado #5. No usar los recipientes y utensilios adecuados.
En la actualidad hay muchas clases de recipientes para horno que hacen la cocción más amable, rápida y ecológica. Pero tan importante como hornear en los recipientes adecuados, es el manipular los mismos con los utensilios correctos.
Es vital utilizar guantes protectores en lugar de paños. Y en el caso de que esté usando estos últimos, procure que estén completamente secos porque la humedad conduce inmediatamente el calor a nuestra mano, lo que pudiera ocasionarle una quemadura.
Pecado #6. No darle mantenimiento al horno
Si bien los hornos pirolíticos son una maravilla de la tecnología aplicada a la cocina, no solo hay que mantenerlos limpios por razones de higiene, sino porque ello garantiza su bien funcionamiento. No basta con tenerlos impecables, sino cerciorarse de que la luz interna funcione, que no haya escapes, si es un aparato a gas, que la puerta cierre bien, en fin, que el sistema esté en perfecto estado. (Lea también 3 mágicos tips para limpiar el horno).
Siguiendo estas pautas créanos que los problemas de horneado desaparecerán.