¿A gas o por inducción? El debate que tiene tiempo en la palestra, no es un asunto que le quite el sueño a Bosch. El fabricante alemán cuyo lema no es otro que “Invented for Life” (Inventos para la vida) tiene en su catálogo ambas opciones precisamente para atender a lo gustos y exigencia de cada usuario.
Los amantes de una y otra opción de cocina aseguran con vehemencia que asar, freír y calentar es más sencillo, seguro y rápido que en la otra. No obstante, volvemos al principio, es cuestión de perspectivas y sobre todo, de gustos.
Pero qué alega una parte y la otra. Se lo comentamos a continuación.
Al calor de la llama azul
La bella llama azul tiene su encanto. No cabe duda. Por lo que los fogosos amantes del gas alegan muchas cosas en su defensa. Quizás la más importante es la amplitud de platos que se pueden cocinar en su fuego abrazador. “No por nada -afirman los defensores de este tipo de cocina- los chefs y los restaurantes tienen estufas a gas”.
A ese argumento le suman el ahorro energético. “Las cocinas de gas siempre serán más económicas que las eléctricas”, enfatizan quienes se inclinan por esta opción. Contra lo anterior, los defensores de las cocinas de inducción, señalan que el mantenimiento de las estufas a gas las pone en desventaja: “se engrasan fácilmente y son engorrosas de limpiar”. Sin embargo, esta es una verdad a medias, sobre todo si se trata de un ejemplar como la placa a gas PCR9A5B90 de la Serie 6 de Bosch.
Con rejillas movibles y seis posiciones diferentes que se ajustan a todas las necesidades de cocción, esta estufa viene con 5 quemadores que, además de ofrecer el máximo rendimiento y flexibilidad de cocción, proporcionan una excelente capacidad de limpieza en caso de derrames. En pocas palabras es una cocina muy fácil de limpiar.
Para acallar a los amantes de la inducción, esta cocina a gas viene con sistema FlameSelect que logra resultados de cocción perfectos gracias a nueve niveles de potencia definidos con precisión El quemador central de doble wok (sistema de doble llama para una cocción muy potente de hasta 5 kW) y los 4 forman el equipo de ensueño para que la comida se caliente, el agua hierva, la salsa se espese y las papitas se frían con la rapidez que su familia lo necesita.
Hecha en acero inoxidable y con soporte continuo de la bandeja de hierro fundido (para una alta firmeza y estabilidad de los utensilios de cocina), esta viene con tiradores de espada para un control ergonómico de la llama. Y para quienes desconfíen de la seguridad de este tipo de cocinas, pues le contamos que PCR9A5B90 de Bosch tiene dispositivo de seguridad de fallo de llama y ofrece la opción de preajuste para gas natural.
Desmontada esta media verdad de los defensores de las cocinas de inducción, y sin ánimos de ponerle más fuego a la controversia, también hay que decir que la PCR9A5B90 puede ser controlada a través de Home Connect. ¿Se puede pedir más?
Apostar por la modernidad
Lo primero que sostendrá un defensor de la cocina de inducción es que son más seguras y fáciles de limpiar, ya que la placa en sí no se calienta y esto hace que no se pegue la comida que cae en el foco de calor. Contra eso no hay nada que decir.
Sin embargo, alegará alguien que se incline por el fuego azul de las cocinas de gas que lo de “sencillo de limpiar” es discutible. “Es bien sabido que las cocinas de inducción son de cuidado y hay que usar limpiadores especiales para no dañarlas y además invertir en baterías de cocina especiales (que no tengan una base de material ferromagnético)”.
A este alegato, un pro inducción responderá con un atributo insoslayable de las placas de inducción: estas han superado con creces a sus antecesoras las cocinas de vitrocerámicas, ya que en éstas el precalentamiento del recipiente es el doble de rápido.
Un buen ejemplo de las virtudes de la inducción en la cocina es, sin duda, la placa de inducción de cerámica, Estufa de Inducción PIE875DC1E, de la Serie 8 de Bosch. Con 4 zonas cocción, esta no solo cumple con el estándar que garantiza el disfrute de una cocción rápida, segura y limpia con muy poca energía, sino que gracias a su sistema PerfectFry, controla de temperatura del aceite y permite conseguir un dorado perfecto de los alimentos gracias al sensor automático.
Esta placa, de 80 cm, tiene controles frontales táctiles, desde los que se pueden configurar las 17 etapas variables de potencia de cada zona. Tiene además un sistema de programación de tiempo de cocción para cada zona y avisador acústico; bloqueo de seguridad para niños automático o manual; indicador de calor residual dual (H/h). Esta placa se desconecta de forma automática por seguridad y usted puede limitar su potencia. Y si faltaba algo de lo que esta placa pueda presumir, entonces hay que decir que usted puede controlar sus funciones desde su Smartphone a través de Home Connect.
Así que, como verá, la pelea es ruda. Quien se inclina por la rapidez dirá que la inducción es el mejor de los avances en la cocina, mientras que quienes piensan más en el ahorro argumentarán que invertir en tanta modernidad no vale la pena, porque no hay nada como ver la llama y regularla. Al final, solo es cuestión de gustos, y de entender que en este recinto del hogar, la emoción tiene razones que la razón no entiende.